domingo, 4 de julio de 2010

EL AMOR, LOS MUNDIALES Y LA VIDA II : VIVIR A LA URUGUAYA


Ultimo minuto del partido, Uruguay y Ghana empatan 1-1. El que pierde se despide del mundial y el que gana clasifica a semifinales. El empate no es una opción. Si el partido termina igualado habrá tanda de penales.
Centro al área de Ghana, Uruguay que no logra despejar y un africano remata de cabeza al arco. El portero fuera de posición, dos defensores charrúas parados sobre la línea de sentencia, el gol significa la eliminación...es entonces cuando el delantero y goleador del equipo -Luis Suarez- se viste de arquero y evita el tanto usando sus manos lo cual le vale la expulsión en forma inapelable y el consiguiente tiro penal desde los doce pasos.
Increíblemente, el jugador africano estrella un potente remate contra el horizontal, el partido termina 1-1 y la definición finaliza con la clasificación de Uruguay gracias a dos brillantes tapadas del portero Muslera.
¿Qué habrá pasado por la mente de ese jugador cuando tomó la decisión de parar la pelota con sus manos? al hacerlo le dio a su equipo una última esperanza ya que si no lo hacía era gol de todas formas pero el optó casi sin pensarlo, o mejor dicho, el tipo no optó, simplemente sentía que no debía rendirse, que no quería perder, que aún podía aferrase a aquella mínima esperanza aunque le significara su propia expulsión.
Creo que hay ocasiones en que hay que vivirse la vida a la uruguaya, jugarse su opción al todo o nada. En la nota anterior mencioné lo que decía mi profesor de fútbol en la universidad respecto de que "como se es en la cancha se es en la vida" y en este caso no se trata sólo de un partido de fútbol, sino de una opción de ser, de estar dispuesto a jugársela sin entrar a reflexionar cuando tienes todo por ganar y nada por perder: o te llenas de gloria o te sumes en el escarnio público o peor aún, en la propia y dura recriminación personal.
Por eso, en el fútbol, en el amor y en la vida es mejor hablar que quedarse callado, jugársela en las situaciones límite y estar dispuesto/a tomar una opción. En el infierno de Dante hay un lugar especial para quienes en situaciones cruciales optaron por la neutralidad. Yo creo que el peor infierno es el de la recriminación por lo que no hiciste o no dijiste.
Hay que vivir a la uruguaya, hay que atreverse a amar a la uruguaya con la esperanza de que siempre se puede meter el gol del triunfo en el último minuto del partido, que los gigantes también caen, que si el arquero no deja entrar la pelota, la metemos adentro con arquero incluido y sobre todo, ser capaz -cuando todo patea en contra- de jugársela toda por esa lucecita de esperanza que brilla en medio de la oscuridad, porque ahí, en ese puntito insignificante, ahí mismo, tal vez esté esperando la gloria.