domingo, 27 de abril de 2008

IMAGENES DE LLUVIA

El olor de la tierra...siempre el olor de la tierra

Saltando charcos en la escuela
Mi mamá preparando sopaipillas

El sur
mi infancia
de tanto contemplar
el color se quedó en la mirada

Elena cabalgando sobre mí
inaugurándome hombre

Los vidrios empañados
y la leña ardiendo en la cabaña 3

El diluvio universal
en la cocina de mi casa

Santiago
mas hermoso que nunca

martes, 22 de abril de 2008

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

Si las mujeres se tomaran la pastilla el día antes...
No haría falta la píldora del día después

domingo, 13 de abril de 2008

lunes, 7 de abril de 2008

1978 : EL AÑO QUE VIVIMOS EN PELIGRO


No podría decir a ciencia cierta si las cosas sucedieron tal como las cuento...al fin y al cabo son los recuerdos de un niño de 10 años, 30 años después.

En 1978 vivíamos con mi familia el la localidad de Esquel, ubicada en la Patagonia argentina mas o menos a la altura de Chaitén por el lado chileno. Llevábamos ya un par de años viviendo en la Argentina. La idea de mi padre era quedarnos allá en forma definitiva y para ello había comprado una casuchita en un barrio pobre que , no obstante tenía un terreno grande y con un huerto de verduras al fondo.
Nos habíamos logrado integrar bien en la comunidad local: Mis padres participaban activamente en la iglesia y eran muy queridos por todos, yo tenía 10 años, mi hermana mayor 12 y también estaba Gladys, la bebé que había nacido hace menos de un año atrás en la localidad de El Bolsón.
También estaba el "chascón", mi perro, que lo adquirimos junto con la casa porque cuando llegamos a vivir ahí el can ya estaba en el lugar y rápidamente nos hicimos amigos inseparables.
En nuestro precario hogar no había agua potable ni luz eléctrica, por lo tanto nuestra única conexión con el mundo era una radio a pilas con la cual captábamos -como la mayoría de la gente en Esquel- la señal de las radioemisoras chilenas durante la noche.

En resumidas cuentas, eramos una de tantas familias chilenas avecindadas al otro lado de la cordillera por motivos que poco le interesaban a a cualquiera, sin embargo, en 1978 después de la algarabía producida por el primer campeonato mundial de fútbol ganado por Argentina el ambiente comenzó a tensionarse. Mi papá llegaba a casa con cara de preocupación y contándole a mamá cosas que se decían por ahí acerca de chilenos deportados sólo con lo puesto, que se habían detenido todos los procesos de radicación para chilenos y otras cosas por el estilo. En las radios argentinas sonaba insistente y reiteradamente una "Samba de la soberanía" que alentaba con consignas patrioteras al antichilenismo...

Hasta ese entonces, la guerra era algo a lo que uno jugaba con los amigos, haciéndonos fusiles con restos de caños y lanzándonos granadas de terrones, pero cuando se comenzó a hablar de la posibilidad cierta de una guerra entre Chile y Argentina, el semblante oscuro de los adultos hacía intuír a mi mente de niño que se trataba de algo doloroso y terrible.

Desde nuestra casa ubicada en los faldeos de un cerro se podían ver pasar a diario columnas de camiones y blindados del ejército, luego vino el toque de queda, los ejercicios de oscurecimiento y simulacros de ataque aéreo para estar preparados ante un posible ataque de la aviación chilena.
Una mañana, nuestra casa amaneció rodeada de soldados armados. Un oficial golpeó la puerta y solicitó -no obstante con mucha amabilidad- autorización para revisar la casa.


Yo creo que esa debe haber sido la gota que rebasó el vaso, porque tiempo después mis padres vendieron apresuradamente la casa y todo lo que se pudo -"si llega a haber una guerra, al menos que nos pille en Chile"- dijeron. Lo que no se pudo vender se repartió entre los amigos...al "Chascón" nadie le informó nada, pero él con su perruna intuición algo presintió: casi una semana antes de nuestro viaje el animal se echó en la entrada de la casa y se negó a aceptar comida, por las noches aullaba lastimeramente.

Volvimos a Chile, felizmente intervino el Papa y no hubo guerra.

Yo nunca más volví a tener perro... y lloré cuando escribí esto

viernes, 4 de abril de 2008

AXIOMA TEOLÓGICO BREVE

El problema no es si Dios existe o no

El problema es que no se mete en camisas de once varas

martes, 1 de abril de 2008

TEOLOGIA BREVE III

DIOS NO JUEGA A LOS DADOS

Obvio!
El muy pillín prefiere los naipes

Sólo así se puede asegurar con un As bajo la manga