viernes, 23 de noviembre de 2007

DESHOJANDO MARGARITAS

-El niño estaba sentado solo en un banco del patio, jugando con un palo y levantando tierra con los pies. Me acerqué y le pregunté qué le pasaba "Tengo rabia" me dijo...¿rabia de qué? "tengo rabia de la vida"...-

Cuando lo recuerdo y aún cuando lo escribo no puedo dejar de emocionarme ¿cómo se puede tener rabia de la vida a los casi 11 años?.
En el último tiempo me he dado cuenta de que si bien es difícil ser padre, puede ser tan o mas difícil ser hijo sobre todo cuando el cariño de los padres está dividido y en ese contexto uno se ve en la necesidad o e la obligación de tomar partido. Por muy neutral que se quiera ser, a fin de cuentas las circunstancias siempre terminan provocando que se genere algún tipo de alianza con una de las dos partes, ya sea por afinidad o por sentido de justicia.

Yo estoy se parado de mi esposa hace ya varios años, pero no estoy separado de mi hijo. Sin embargo él no ha dejado de ser la caja de resonancia de los conflictos que aun persisten entre nosotros y esta situación se va volviendo mas compleja en la medida que el pequeño se va haciendo mas grande e inteligente. La capacidad de comprender, analizar, cuestionar en inferir le va construyendo un laberinto de sentimientos cada vez mas tortuoso a medida que se desarrolla.

Por otra parte, como hijo me toca ser parte en el juicio por el divorcio de mis padres....estuve con complicaciones estomacales varias al menos tres días antes de la audiencia (Es bastante esquizofrénico esto de verme enfrentado en un tribunal con ese señor que veo todos los días en casa con el cual a veces comparto una taza de té y comentamos las noticias o el partido de la selección). Creo que todo se resolvería mas fácil si tuviera odio en el corazón. El odio resulta funcional en este tipo de situaciones porque te entrega cierta coherencia entre sentimientos y acción, pero resulta que ese no es mi caso: sólo siento retorcijones de guata y ganas de que esto termine de una buena vez. Pero no terminó, la audiencia quedó pospuesta para quizás cuando y esto se alarga cual telenovela mexicana y persiste la inevitable sensación de "esto no debería estar sucediendo".
Llego a casa por la tarde el día de la audiencia y el mismo señor con el que nos mirábamos desde trincheras opuestas en el tribunal por la mañana me ofrece una taza de té y me notifica que hay fiambre en el refrigerador por si me quiero preparar un sandwich...una mierda, todo esto es una mierda.

Por todo esto es que no me cuesta empatizar con mi hijo y su sentimiento de rabia vital. Aún con la cantidad de años que hay entre nosotros nuestras historias de tiempo presente se parecen y se parecen demasiado.

viernes, 9 de noviembre de 2007

PODER PERDER EL PODER



Me había pasado bastante tiempo intentando una y otra vez encontrar un trabajo afín a la carrera que estudié -Psicología- y había entrado en depresión por no conseguirlo. Esta misma imagen se había repetido en varias oportunidades y las depresiones más o menos profundas tenían que ver con el esfuerzo invertido para sacar adelante la dichosa carrera.
"El psicólogo se plantea desde una posición de poder" nos decía la profe, por eso la psicología es una carrera delicada que no puede estudiar cualquiera y por lo mismo el rol del psicólogo es delicado e implica mucha responsabilidad personal y social. La gente se hace expectativas con uno incluso cuando no estas dentro del ámbito profesional. El mito es que los psicólogos estamos todo el tiempo analizando a la gente con nuestra súper visión telepática y que somos capaces de solucionar todos nuestros problemas personales (pero como no...si eres psicólogo!!) entre otras tantas creencias.
Pero el tema del poder no es mito. Uno tiene poder y trata de ejercerlo a través del ejercicio de la profesión pero el mercado no te pesca y ahí se vienen los bajones que después se transforman en depresiones.
Pero la respuesta a mi dilema vino como una iluminación y -como suele suceder- de parte de quien menos uno lo espera: nada menos que de boca de Bradd Pitt.
Sucedió que una noche como tantas otras de insomnio encendí la TV a eso de la 3 de la madrugada y estaban dando "El club de la pelea" justo en el momento cuando Bradd Pitt le repetía con vehemencia a su alter ego (no me pregunten el nombre de los personajes) "Tú no eres tu trabajo, tú no eres tu trabajo!!!" gran frase y además muy bien apoyada por el contexto de la película, la cual recomiendo para quienes no la han visto....y a propósito de esencias y trascendencias recordé en algún momento que Yo era Yo incluso antes de ser psicólogo, entonces tomé la decisión de ampliar la búsqueda, después de todo las múltiples capacidades que tengo como persona y como profesional me podían servir para desempeñarme en algún otro ámbito y la verdad, me demoré bastante poco en encontrar un nuevo trabajo con esta nueva disposición.
Pero claro en este nuevo trabajo soy un funcionario que no tiene nada que ver con las posiciones de poder que te entrega el rol de psicólogo y yo evito mencionar cuales son mis estudios formales a menos que alguien me lo pregunte, pero ese ha sido todo un proceso.
A la luz del paso del tiempo creo entender que permitirse perder cuotas de poder y meterse al rebaño no es un tema fácil al menos para mí aunque me diga racionalmente que es un descanso esto de no tener grandes responsabilidades sociales con tu trabajo porque, mal que mal, me preparé conscientemente durante 6 años para eso. Sin embargo, también llevo 39 años preparándome para lo que trae el día de mañana.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

SE HA PERDIDO ESA BELLA LOCURA

En algún momento me plantee la duda de si esta frase era una afirmación o podia ser una pregunta. Me había propuesto dejarlo como pregunta, pero finalmente decidí dejarla como aparece en su contexto original (la canción "Oleo de mujer con sombrero" de Silvio Rodriguez). Esta inquietud tiene que ver con una vieja pregunta que me vengo haciendo desde que tenía unos 17 o 18 años: a medida que el tiempo pasa ¿uno es el mismo o son diferentes personas que van habitando este cuerpo?. El nombre de este blog tiene algo que ver con esta pregunta vital porque a través de mi existencia podria hablar de varios "renacimientos" -algunos mas importantes y trascendentales que otros- donde la vida va tomando giros insospechados con consecuencias impredecibles.
Si pudiera tomar a todos los "Yo" que he sido a lo largo de estos años y sentarlos a la mesa con una cerveza, no sé de qué hablarían y si tendrian algún punto en común..seguramente más de alguno de esos "Yo" ni siquiera tomaría cerveza y creo que tendria verdaderos problemas para reconocerme en alguno de ellos desde este presente. De todos modos, y consciente de que la figura anterior es una exageración, creo que el hilo conductor que unifica a todos estos personajes vitales es la búsqueda permanente...¿de qué?..."cuando lo encuentre lo sabré". Mi búqueda personal se parece a la actitud de los naturalistas del siglo XIX que se subian a bordo de cualquier barco que fuera lejos con la unica finalidad de explorar descubrir y registrar.
Entonces al plantearme la frase que titula este post en forma de pregunta estaria asumiendo que el tiempo es una cosa lineal y que hay cosas que quedan atras y que nunca se recuperan. Cuando pienso eso me deprimo...o más bien cuando me deprimo pienso eso (que no es lo mismo pero es igual), porque cuando uno se deprime -o mejor dicho cunado YO me deprimo- busco refugio en aquellos rincones tibios y seguros de la existencia que obviamente estan en el pasado, en esa bella locura de los momentos felices. Pero si me lo planteo como afirmación puedo asumir que mi existencia tiene mas de libro de cuentos que de novela, donde cada bella locura es simplemente fiel a su contexto y cuando se acaba o se pierde está bien que así sea porque la historia que la generó así lo requiere y no hay mas que decir.
Cada bella locura tiene su contexto en un nuevo capítulo que se abre, en una historia que inicia y la historia esta siempre iniciando: "El show empieza cuando usted llega"